Santovenia de la Valdoncina
E l pueblo de Santovenia de la Valdoncina, cuyo topónimo deriva de Santa Eugenia, se encuentra situado a 850 m. de altitud y a poco más de siete kilómetros de la capital por la carretera que va de León a Mozóndiga.
Ubicado en la terraza del arroyo Oncina, llamado “el reguero” por los lugareños, pierde su caudal durante los estíos. Su orografía está configurada por planicies y lomas de escaso relieve, constituidas por terrenos arcillosos y rañas, lo que ha facilitado el cultivo de cereales y viñedos, hoy en decadencia, sólo los Tesos de Tollo y Magaz se elevan ligeramente sobre esta planicie ex-agrícola.
Es cabeza de Ayuntamiento al que se adscriben las localidades de Quintana de Raneros, Ribaseca, Villacedré y Villanueva del Carnero. Siendo su censo de aproximadamente unos 150 habitantes que se incrementa notablemente en el período estival, y que ha ido paulatinamente descendiendo desde los años 50 cuando se pasaba de los 250 habitantes. Vista frontal campanario de Santovenia.
El lugar, falto de actividad, tiene el hechizo del silencio y es propio para evadirse de las estridencias producidas por la desaforada actividad de la industria y el comercio. Es un entorno que invita al reposo y a perderse por intrincados caminos y veredas, contemplando un arbolado frondoso contando las estrellas de un cielo incontaminado y nítido.
Dentro de los servicios de transporte, cabe mencionar que el pueblo cuenta con un servicio de trenes a menos de dos kilómetros en Quintana y con otro de autobuses que une la localidad con León dos veces al día.
El origen de Santovenia lo podemos encontrar con fecha de 905 en el Monasterio dedicado a Santa Eulalia, cuyo primitivo asentamiento fue, posiblemente el lugar del actual cementerio de la localidad, cuyos bienes se repartieron entre Ribaseca y Santovenia y de los cuales podemos encontrar imágenes en el Museo Diocesano de León.
Por otro lado cuenta la leyenda que en sus inicios, el pueblo junto a su cementerio se encontraba en la zona hoy conocida como “El Lutero” (posible derivación fonética y gráfica de “El Otero”), con el fin de evitar posibles epidemias, un lugar donde manaban fuentes naturales para beber los animales y otra para las personas, este asentamiento terminó desapareciendo como consecuencia de un incendio y reconstruido donde hoy lo conocemos. Cuentan nuestros abuelos como en El Lutero u Otero, fueron hallados junto a una rueda y restos de huesos, las campanas y como aún suena en sus oídos la canción “Adiós Maria del Alma, una para Sustinio y otra para Quintana”.
En “El Libro de las Estampas”, Tomo I, se dice que Ordoño II, Rey de León, cede Santa Eulalia, primer nombre de Santovenia, a la Iglesia de Santa María de León, en año 916, para el mantenimiento de los monjes encargados de dicha iglesia les cede la décima de la viña de Santa Eulalia de la Valdoncina en al año 924.
Aparece la voz Sancta Eugenia en al año 1038 (ver El Monasterio de Santiago en León, del Sr. Yañez Cifuentes, p. 249). El 12 de octubre de 1113 Doña Urraca, Reina de León, cede su realengo de la Valdoncina al Obispo D. Diego por sus buenos servicios.
Respecto a la etimología de este topónimo resulta claro como Santovenia deriva de Santa Eugenia, que fuera la primitiva titular de la iglesia de esta localidad y de la que toma su nombre como señala López Santos, indicando que figuraba bajo este patronazgo en los calendarios mozárabes la fecha 27 de diciembre coincidiendo más tarde con la de San Juan Evangelista que es en la actualidad su patrono.
Fechado en León el 30 de septiembre del año 1295 se conservan varios documentos relacionados con un pleito que se había iniciado tiempo atrás entre el cabildo catedralicio leonés y el obispo de León, sobre los préstamos que poseía la mesa capitular entre los que aparece “…prestimonium de Sactovenia de la Valdoncina…”. En otro documento fechado en Oviedo el 2 de septiembre del año 1420 el obispo de Oviedo une e incorpora a la mesa capitular y fábrica de la Iglesia de León a los fines establecidos por él para los beneficios simples entre otros lugares al de Santovenia de la Valdoncina.
En el propio Santovenia en el año 1495 se data otro documento compuesto por 18 folios copiado en 1817 por Pedro Pascua, canónigo archivero de la catedral, en cuyo contenido se relacionan los bienes que tiene la mesa capitular en las localidades de Santovenia y Quintana.
De 1703 documento con cinco folios que recoge la provisión del aniversaio para parientes fundado en la iglesia parroquial de Santovenia por el licenciado Miguel Alonso. También se conservan distintos legajos de los siglos XV al XVIII que contienen documentos en los que se incluyen bienes pertenecientes a los Bachilleres del Ciento en la localidad de Síntovenia entre otras. Y por citar un último documento de interés que aparece fechado en el año 1706 diremos que el legajo comprende ocho folios que tratan de la reclamación del síndico de la Orden de los Descalzos de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos de Santovenia de la Valdoncina contra la ejecución de quintas e incorporación al ejército por estar exentos según privilegios pontificios y reales, en dicho legajo se incorporan los nombramientos y los privilegios que se aducen.
Su iglesia parroquial está advocada a San Juan Evangelistas, su construcción data de mediados del siglo XIX su planta es de base rectangular y su nave vierte a dos aguas, los techos en el interior aparecen rasos y se construye con tapial, su espadaña aparece a los pies usando el mismo material constructivo, si bien su último cuerpo se alza en ladrillo nuevo, la cabecera es cuadrangular con cubierta a cuatro aguas sobre pechinas y se enmarca en el arco de triunfo. La sacristía aparece adosada lateralmente a la cabecera y el pórtico exterior es nuevo con una puerta de madera realizada en el año 1860.
Hacia esa fecha, los pueblos de Ribaseca y Santovenia separaron sus iglesias hasta el momento unidas en una existente en el actual cementerio de Santovenia.
Santovenia es un pueblo de pequeñas lomas con una agricultura de secano que junto con algunos árboles fue la base económica de los lugareños que disponían así mismo de abundantes pastos y pequeñas huertas para el consumo familiar.
Las construcciones típicas están hechas de tierra, aquí llamadas “tapias”, suelen estar formadas por dos plantas, usando la madera en las vigas y suelo del segundo piso en forma de tarima, anexo a este edificio suele aparecer otro con la misma disposición pero siendo utilizado la planta baja como cuadra y la otra como pajar, estos edificios aparecen unidos por un patio o corral.
Como lugares destacados a visitar aconsejamos las bodegas que suelen ser además centro de la mejor gastronomía casera. En el polideportivo municipal podemos participar en las numerosas actividades de ocio que sobre todo durante el verano nos ofrece el Ayuntamiento.
Santovenia pertenece a una zona en la que abunda la caza menor, sobre todo la perdiz (rubia o parda), la codorniz, el conejo de monte, la liebre… y últimamente la proliferación del zorro, creciendo con ello el malestar entre los cazadores. Podemos encontrar también erizos, lagartos y mostolillas.
En cuanto a la flora, entre las plantas autóctonas abundan las zarzamoras, los berros y las setas. El árbol a destacar es el pino piñonero, que aparece de forma aislada, así como árboles frutales: nogales, perales, manzanos, higueras…
Santovenia cuenta con dos fiestas patronales: La de “Los Santos Martires” (San Fabián y San Sebastián) que se celebra el 20 de enero, realizándose en otras épocas un delicioso cocido por las mujeres del pueblo que se servía en la plaza de las escuelas invitando a todos los indigentes, quienes acudían en gran número a degustar la comida acompañada de abundante vino. La otra festividad importante es la Ascensión, celebrada con baile y juegos para niños y mayores. Es de destacar también la celebración del Carnaval invitando la Junta Vecinal a los vecinos y a los visitantes a degustar el chicharro de tino acompañado de vino, pan y cebolla.
